Litigios benéficos
Las organizaciones benéficas, al igual que cualquier otra organización comercial, pueden encontrarse con problemas como el incumplimiento de contratos, cuestiones laborales, disputas sobre la propiedad y muchos más. Las acciones legales suelen suponer un riesgo importante para una organización benéfica, su reputación y sus fideicomisarios.
Cuando se enfrentan a una posible reclamación, ya sea en la interposición o en la defensa de una acción legal, los fideicomisarios de una organización benéfica deben tomar todas las decisiones basándose en lo que sería más beneficioso para la organización. Esto, junto con todas las demás obligaciones legales que tienen los fideicomisarios, rige cada decisión que tomen, o dejen de tomar, los fideicomisarios, en cada momento al tratar el asunto en litigio.
Los fideicomisarios deben determinar si otras opciones, como la negociación y la mediación, son viables. Con el fin de tomar decisiones informadas, los fideicomisarios deben considerar el asesoramiento jurídico, incluso en las primeras etapas de una disputa, sobre todo si los fideicomisarios no son expertos en el área de la disputa. Si los fideicomisarios no reciben asesoramiento jurídico en una fase temprana, corren el riesgo de poner en peligro los intereses de la organización benéfica. En determinadas circunstancias, puede incluso ser un requisito legal que los fideicomisarios reciban el asesoramiento adecuado.
Los asesores jurídicos pueden ayudar a los fideicomisarios a explorar las opciones de resolución del litigio y proporcionar asesoramiento personalizado sobre las opciones disponibles para la organización benéfica, así como nuestra recomendación experta sobre la vía más adecuada que debe seguir la organización benéfica. Cuando el tiempo apremia, los fideicomisarios no deben demorar la búsqueda de asesoramiento jurídico, si es necesario.
Los fideicomisarios deben tener debidamente en cuenta y gestionar los posibles costes que ello conlleve. Los fideicomisarios deben solicitar a sus asesores jurídicos una estimación razonable de los costes y averiguar si los gastos legales están cubiertos por alguna póliza de seguro que pueda tener la organización benéfica. Es importante que los fideicomisarios comprendan que, aunque presenten o defiendan con éxito una demanda, no todos los costes incurridos serán recuperables, si los hubiera.
En determinadas circunstancias, los fideicomisarios deben considerar si es necesario obtener el consentimiento o el asesoramiento de la Comisión de Caridad antes de decidir litigar, como por ejemplo para obtener una orden que autorice el uso de fondos de la caridad para litigar.
Los fideicomisarios también deben tener en cuenta que pueden ser considerados personalmente responsables de las consecuencias o pérdidas que puedan derivarse si incumplen sus deberes legales y toman decisiones infundadas en relación con el litigio.
La Comisión de Caridad ha publicado un lista de control para los administradores para ayudarles a decidir si presentan o defienden una reclamación.
La decisión de litigar no es fácil de tomar para los fideicomisarios y, aunque debe sopesarse cuidadosamente con todos los factores, en la mayoría de los casos no redundará en beneficio de la organización benéfica retrasar o evitar la resolución del litigio o retrasar la decisión sobre si le conviene entablar una correspondencia previa a la acción o iniciar un procedimiento judicial.
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